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“Reducción de Jornada Laboral”, el análisis comparado del CMD en El Mercurio

“Un estudio del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile —que sirvió de insumo en el debate en el Senado del proyecto que rebaja la jornada a 40 horas en Chile— entregó evidencia empírica de las características y los efectos de reformas laborales orientadas a la reducción de horas de trabajo.

Se comparan las reformas implementadas en los últimos años en Islandia, Corea del Sur, Dinamarca, Francia, Reino Unido, Canadá, Portugal y Finlandia. Se revisa información acerca de las características de estas reformas, aspectos económicos de los proyectos, la magnitud de la disminución de la jornada laboral en los diferentes países, las medidas de gradualidad en términos de adaptabilidad de cada reforma, los mecanismos de acuerdos entre empleadores y trabajadores considerados como parte de la reducción de jornada, así como también si la reforma fue una ley o tuvo una implementación voluntaria. Por último, están los efectos directos e indirectos de la reforma laboral en cada caso.

“En la mayoría de los casos la reducción fue importante en términos de horas disminuidas, utilizaron mecanismos de gradualidad o acuerdos entre las partes. En cuanto a efectos directos, se encontraron efectos adversos menores en el mercado laboral, gracias a las medidas paliativas utilizadas y efectos positivos sobre el bienestar de las personas”, resume el estudio.

Una de las últimas reducciones en aplicarse fue en Islandia. Allí la rebaja se hizo realidad en abril de 2021 para los trabajadores diurnos del sector público de los sindicatos miembros de las cuatro más importantes federaciones de sindicatos, recortando la semana laboral de 40 a 36 horas. En tanto, los trabajadores del sector privado también tuvieron la opción de reducir su jornada.

El estudio detalla que la clave para llevar a cabo esta reforma en Islandia fue la adaptabilidad en la realización de las tareas, en el diseño de los horarios y turnos de trabajo, combinados con el interés y compromiso de todos los involucrados en el proceso de reducción de horas en el lugar de trabajo.

Se concluye que la mayoría de los países donde se han aplicado reformas para disminuir la jornada laboral contó con mecanismos que permitieron disminuir los posibles efectos negativos en el mercado laboral de estas reformas. “Sin embargo, algunas de estas reformas fueron implementadas para reducir las altas tasas de desempleo existentes en ese momento y por lo tanto tenían un objetivo distinto al del resto de las reducciones. En la mayoría de los casos la reducción de la jornada fue importante, al menos cuatro horas a la semana de reducción, lo que es comparable con la propuesta chilena”, precisa el análisis.

Existe consenso en que los sindicatos y las firmas negocien a la hora de implementar las medidas. Muchas de estas reformas agregan otra dimensión de adaptabilidad, en términos de horas extras trabajadas o ayudas a empresas para solventar posibles mayores gastos.

La evidencia revela que se encontraron ganancias importantes en el bienestar de las personas, en la satisfacción con su trabajo y en la productividad. No en todas las reformas existe evidencia de esto, pero en las que se encuentra, los efectos que se muestran son positivos”.

 

Texto y fotografía: El Mercurio, 23 de marzo de 2023

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